Estraperlo y racionamiento...

Faltaba muchas cosas para comer. Había que comprar las cosas a escondidas. La madre compraba de estraperlo en el propio Sangüesa. También solía faltar el café. Parece ser que no hubo requisas. La posguerra fue peor que la guerra. Pusieron el racionamiento. En ese tiempo Celestina estaba trabajando en Pamplona y su madre le guardó lo que se podía conservar y cuando se casó se lo llevó: bacalao, aceite... De todas maneras no pasaron hambre y no tuvieron que comer pan negro. La harina para el pan blanco también era de estraperlo.

Compartir
Código embebido:

secuencias de Celestina Elizalde Casajús