Residencia en la ermita 1

Residiendo en la ermita, la economía familiar se apoyaba en el campo y en los animales, como conejos, cerdos o gallinas, de las que vendían sus huevos. Una de las compradoras era una mujer mayor que se los comía crudos y recién puestos como remedio a su enfermedad. Por allí pasaban muchos paseantes y su madre solía recordar la existencia de una glorieta que la entrevistada no conoció.

secuencias de Babila Irigoyen Taso