Escolarización

Los más pequeños iban a una escuela de monjas, de la que recuerda gratamente a Sor Quintina. Después, de los ocho a los catorce años, las chicas iban a otra escuela, también de monjas. Allí jugaban mucho en el recreo y a la tarde hacían labores. Sentadas en pupitres, escribían en cuadernos con lapicero, tras haberlo hecho en pizarrines. Durante la República vivió como retiraban los crucifijos de la escuela.

secuencias de Mª Cruz Pascual Gorraiz