Atención sanitaria

Al no haber seguridad social, su madre solía repetir que había que ahorrar para poder pagar la curación de una posible enfermedad. Al médico de cabecera se le pagaba con la “iguala”, un cobro mensual cuya cantidad variaba en función del número de hijos y que se realizaba por la atención a domicilio fuera del horario de consultas. De su cobro por las casas se encargaba una mujer.

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